miércoles, 16 de octubre de 2013

LA MONTAÑA DE LA JURATENA



LA MONTAÑA DE LA JURATENA


Samael Aun Weor

 MAS BIBLIOGRAFIA DE SAMAEL AUN WEOR

MÉXICO, FEBRERO 1959



CAPÍTULO I

LA MONTAÑA DE LA JURATENA

ORAMAMME el viejo ERMITAÑO andando por los caminos del mundo se internó un día por la selva espesa de un viejo país. ORAMAMME había nacido en Bogotá, capital de ese soleado país cuyo nombre es Colombia. ORAMAMME el viejo ermitaño habitaba en la selva espesa de aquel viejo país.
 
Cierto día lleno de sol, ORAMAMME fatigado por el camino, lleno de hambre y sed, llegó a una cabaña y pidió de comer. ORAMAMME era un verdadero místico lleno de amor y sabiduría. Cuando ORAMAMME se sentaba a la mesa su cena se volvía mística.

Recordemos al gran Maestro Jesús, el Cristo. Cuando el Divino Maestro quería enseñar algo especial a sus discípulos, los invitaba a cenar. Para el viejo ORAMAMME la cena era una verdadera unción mística.
 
Así pues, aquel día llenó de sol, ORAMAMME tenía hambre y sed. Durante la cena el viejo ermitaño estaba silencioso. ORAMAMME escuchaba la plática de unos viejos montañeros de la comarca que no sabían leer ni escribir.
 
Aquellos sencillos campesinos de rostros quemados por el sol del trópico hablaban de la montaña de la Juratena. Decían cosas insólitas, cosas extrañas:

“Oye, hoy va a llover...” –decía uno– Otro lo interrogaba diciendo: “¿Porqué?...” ¡Ah! –contestaba otro– ¿no oyeron ustedes el enorme ruido de piedras que rodaban de la Juratena anoche?” “¡Claro que sí!” –decía otro–.

Así continuaba la plática de aquellos montañeros de la selva que no sabían leer ni escribir, así hablaban y ORAMAMME el místico solitario escuchaba.

De pronto el viejo místico se levanta de la mesa y se dirige al grupo de campesinos que platicaban tranquilos a la puerta de aquella cabaña solitaria. Los campesinos mirando a ORAMAMME aguardaron que éste les preguntara algo.

El viejo místico después de saludar a los campesinos cortésmente los interrogó diciendo. “Mostradme la Juratena. ¿Dónde está esa misteriosa montaña?”

El más viejo de los montañeros contestó señalando con su dedo índice, diciendo: “mirad, allá está, ¿veis esa montaña que se clava como aguja en el cielo? Entonces el viejo místico exclamó diciendo lleno de admiración. “¡Ah, ya veo!” Realmente la Juratena parece una aguja llena de nieve clavándose entre la cóncava inmensidad del cielo. A los pies de esa elevada montaña corre deliciosamente un río de aguas profundas y anchas. El río Minero, este río de Boyacá riega todo el territorio Vázquez. En ese territorio Boyacense está la misteriosa montaña llamada de Juratena.
 
Vinieron luego los relatos maravillosos. Los campesinos le contaron a ORAMAMME muchas cosas. Le dijeron que cuando ellos querían hacer llover le metían entonces fuego a la montaña y que la lluvia era inevitable. Uno de aquellos campesinos le contaron a ORAMAMME el caso de un sobrino que se atrevió a explorar los escarpados pies de la Juratena, el mancebo se fue caminando por las riberas tropicales del río, entonces se encontró con un templo maravilloso incrustado entre las rocas de la Juratena.
 
Tres puertas gigantescas daban acceso a aquel misterioso templo. Cuando el mancebo intentó entrar al templo, retrocedió horrorizado, dentro del interior vio muchas escamas de serpientes y huyó despavorido. Más tarde el mancebo regresó a aquel solitario y misterioso lugar, pero entonces no halló el templo, parecía cual si las rocas milenarias se hubiesen tragado a su extraño templo. ¡Enigmas! ¡Enigmas! ¡Enigmas!

Otro de los campesinos le contó al viejo ermitaño que él había subido hasta la cumbre de la montaña. En las alturas el hombre encontró escaleras de piedra tallada, quién sabe por que manos milenarias. Cuando el pobre montañero quiso subir algo más por aquellas escalas de misterio, fue detenido por una lluvia de piedras arrojadas quién sabe por quién. De pronto retrocede, está espantado, una enorme mole de piedra viene contra él; el hombre se esconde tras de un grueso tronco. Así se salvó de una muerte horrible. ¿Qué es esto? ¡Enigmas! ¡Enigmas! ¡Enigmas!

Siguen los relatos y otro montañero cuenta que unos exploradores resolvieron subir hasta la cima de la Juratena. En las alturas se encontraron con unos niños que los interrogaron sobre el objeto de su excursión, luego esos niños preguntaron a los exploradores diciendo: “¿Queréis algo? ¿Deseáis algo?”. Los exploradores respondieron: “hacer que nosotros podamos hallar un pez bien grande en el río porque tenemos hambre”. Los niños hablaron entre sí diciendo: “Id allá, en el río hallaréis lo que habéis pedido”. Cuando los exploradores bajaron de la montaña, echaron el anzuelo al agua de aquel río y ciertamente sacaron un enorme pez con el cual se prepararon una deliciosa cena.
 
Aquellos campesinos estaban estáticos hablando maravillas de la Juratena. ORAMAMME escuchaba y meditada, se decían muchas cosas de aquella montaña misteriosa. Unos ingenieros alemanes que recorrieron la montaña aseguraban que, dizque la montaña era rica en esmeraldas. Aquellas selvas impenetrables estaban llenas de un aire de misterio, millones de aves de todos los colores llenaban la umbría de cantos inefables, aquí y acullá sólo se veían gigantescos árboles centenarios y profundidades insondables pobladas de reptiles y changos. Los habitantes de aquella selva temen al tigre que se esconde tras de cada mata, la selva es un misterio, un mundo de extrañas sorpresas que el hombre desconoce totalmente. En la selva existen leyes y fuerzas desconocidas para los físicos y los químicos. Hay cosas en la selva que el hombre académico de la ciudad, ni siquiera sospecha. 



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EL TEMPLO DE LA JURATENA



CAPÍTULO II

EL TEMPLO DE LA JURATENA

El relato de aquellos campesinos produjo un efecto tremendo en la mente de ORAMAMME, el viejo iniciado de los grandes misterios. Quería el místico intentar el ascenso a la nevada cima de la Juratena. Empero la cosa era difícil, había que llevar víveres para quince días, internarse entre la vorágine de aquella selva tan profunda. El viejo místico tenía dinero como para pagar un guía y comprar víveres.

Una mañana antes de salir el sol, el viejo iniciado combinó sabiamente el sueño con la meditación. El anciano tenía mucho sueño, se hallaba dormitando, fue entonces cuando resolvió meditar profundamente sobre la montaña de la Juratena. El resultado fue maravilloso, vio ORAMAMME una nube que envolvía a la montaña de la Juratena. La nube se fue disipando lentamente y entonces apareció ante la vista clarividente del viejo místico, un templo magnífico, con su cúpula maravillosa y sus magníficas columnas de mármol. Un camino conducía hasta la magnífica catedral de aquel maravilloso templo. ORAMAMME se había desdoblado sin saber cómo ni a qué hora. Ese desdoblamiento fue el resultado de la meditación sabiamente combinada con el sueño.
 
El viejo místico caminaba ahora en Cuerpo Astral con dirección al templo. Un grupo de Maestros con sus túnicas de gloria salía ahora a recibirlo llenos de alegría y amor. ORAMAMME estaba en éxtasis. No hay mayor placer que aquel de sentirse el Alma desprendida. En los mundos superiores, el pasado y el futuro se hermanan dentro de un eterno ahora, allí el pasado y el futuro no existen, allí la vida es un eterno presente, un eterno ahora, un eterno instante.
 
Cuando el viejo ORAMAMME cruzó el umbral del templo sagrado de la Juratena, los santos iniciados de aquel santuario sagrado le entregaron una cuchara de plata en cuyo cubo podía leerse la siguiente inscripción: alimento de la Fraternidad Universal Blanca. La cuchara contenía miel de abejas pura.
 
Invitado por los santos Maestros, aquel viejo místico penetró dentro de un Sanctum maravilloso del templo de la Juratena. Dentro de aquel Sanctum podía verse el candelabro de siete brazos, todo de oro macizo, en el centro había una mesa y algunas sillas. ORAMAMME fue invitado a tomar asiento y acto seguido se sentó en la mesa.

Un gran adepto de la Logia Blanca sentado también a la mesa se colocó frente a ORAMAMME. Aquel viejo adepto vestido con su túnica de Gurú, con sus ojos penetrantes y divinos, mirando a la frente del místico, parecía examinar internamente al viejo iniciado. ORAMAMME lleno de éxtasis exclamó: “Maestro, yo he venido a pedirte la Iniciación”. Así exclamó el viejo iniciado lleno de ansiedad, lleno de éxtasis.

El santo Gurú de la Juratena lleno de una terrible serenidad que causaba asombro contestó: “Te daré el pan de la sabiduría”. Esas palabras del Gurú conmovieron deliciosamente el Alma del viejo iniciado.

En esos instantes entró en el Sanctum otro Maestro del templo. Aquel Maestro traía una bandeja de plata, en la bandeja de plata había unos panes.
 
Aquel humilde siervo que traía la bandeja, después de ponerla sobre la mesa hizo una venia respetuosa y se retiró. Entonces el Gurú que en estos instantes instruía a ORAMAMME tomó la cuchara de plata que el viejo místico todavía tenía en su mano y vació su contenido sobre aquellos panes. Luego dio a comer aquel tan maravilloso a ORAMAMME. El viejo místico comiendo aquel pan con miel de abejas pura, meditada en su simbolismo maravilloso.
 
Cuando el viejo místico hubo acabado de cenar, el Maestro tomó nuevamente la palabra y dijo: “ahora te tomarás un frasco de aceite de ricino en ayunas. Es necesario que limpies tu estómago”. El viejo místico comprendió que algo importante habría de suceder y que por lo tanto era urgente tener su estómago bien limpio.

Terminada la visita el viejo iniciado se despidió del Gurú y regresó a su cuerpo físico después de haber recibido la bendición del santo Gurú.
 
Aquella experiencia interna fue maravillosa, y el viejo iniciado se sentía lleno de una vitalidad maravillosa. Muy temprano el místico se encaminaba a la farmacia más cercana y compró un frasco de aceite de ricino. Ya de regreso a su casa el viejo iniciado obedeciendo las órdenes del Gurú de la Juratena, se tomó el aceite de ricino, comprendió el místico que debía limpiar su estómago porque algo maravilloso le aguardaba.

La visita al templo produjo en el místico una deliciosa voluptuosidad que duró en él varios días. No hay mayor placer que aquel de sentirse en Alma desprendida.
 
Existen muchos templos maravillosos en estado de Jinas, aquí en México tenemos nosotros el templo de Chapultepec donde moran también muchos santos Maestros. La Juratena es uno de esos templos Jinas. La Juratena es un gran templo de la Logia Blanca.
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EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO



CAPÍTULO III

EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO
 
Otra noche, la más quieta, la más callada el místico solitario comprendió que era la hora y el día. Todo estaba listo, había limpiado su estómago, estaba preparado.
 
El místico se adormeció tranquilo, se convirtió en un espía de su propio sueño. El viejo místico espiaba secretamente a su propio sueño. Cuando el anciano comprendió que su cuerpo dormía, se levantó de su lecho. El resultado fue el desdoblamiento astral. Ese tenía que ser el resultado inevitable. Así es como uno se desdobla.

Cuando el viejo INICIADO estuvo fuera de su cuerpo, flotó deliciosamente en su Cuerpo Astral. Entonces el viejo se quedó estático contemplando el cielo estrellado. La noche era magnífica, sublime, inefable. Lleno de gran entusiasmo el místico clamó lleno de gran amor y dijo: “Maestro cúmpleme lo que me prometiste, ya es hora”.

Así habló el solitario y de la JURATENA vino una orden telepática. Se le ordenó al místico descender al abismo. El místico obedeció en el acto y descendió presurosamente a esa región conocida en el Oriente como AVITCHI, OCTAVA ESFERA SUMERGIDA, la región donde habitan los adeptos de la mano izquierda, los BHONS DEL TÍBET, LOS CASQUETES ROJOS, LOS TENEBROSOS QUE SIGUEN LAS ENSEÑANZAS TÁNTRICAS DE BELCEBÚ, GURDJIEFF. Procedentes del CLAN DADDUGPA, señores de las tinieblas denunciados por el gran MAESTRO FRANCISCO A. PROPATO.

Allí en esas regiones encontró el místico horribles maldades, cosas imposibles de describir con palabras, cosas inenarrables. Esos tenebrosos odian el SHAMBALLA, dicen  que el SHAMBALLA es la ciudadela de terror, afirman que el SHAMBALLA es lo negativo, la violencia, la fuerza Fohática ciega, etc., etc., y cincuenta mil y más cosas absurdas. Realmente los servidores del MAHAMARA oficial odian al SHAMBALLA porque allí vive el Cristo con su cuerpo que resucitó al tercer día de entre los muertos. En el SHAMBALLA viven también con el Cristo Jesús, muchos grandes Maestros cuyos cuerpos datan de millones de años atrás, hijos de la Resurrección. Por todos estos motivos los discípulos de BHONS y Dugpas, odian a SHAMBALLA.
 
En el abismo el viejo iniciado fue atacado por bestias horribles. En el abismo el viejo místico comprendió que tendría que luchar contra el mundo, el demonio y la carne a fin de lograr algún día la INICIACIÓN VENUSTA. Realmente el TAU es el cuarto sendero. La senda de los ARHATES GNÓSTICOS.
 
Allí en el abismo, encontró el viejo místico un horrible cementerio, un PANTEÓN espantoso y fatal. Ese era el PANTEÓN de sus recuerdos, el cementerio del ayer lleno de tumbas y tumbas. LAS TUMBAS DE LOS RECUERDOS. Las cosas del ayer, realmente el “yo”, el “mí mismo”, el Ego, no es más que un manojo de recuerdos.
 
El anciano vagó por entre los sepulcros del pasado y sobre cada losa sepulcral vio una llama fatua que ardía, la llama del PENSAMIENTO. Ciertamente el pensamiento es una función de la memoria. Sólo terminando con el doloroso proceso del PENSAR, adviene a nosotros la VERDAD. Todo lo entendió el solitario, todo lo comprendió y cuando quiso salir de aquel cementerio horrible, vio un grupo de gigantescos espectros que en la enrejada puerta funeral le cerraban el paso. También vio allí una pobre Alma que sufría lo indecible y no podía salir de aquel cementerio porque los espectros del ayer le cerraban el paso. Esa Alma sufría lo indecible.  
Junto al místico iban algunos chelas que acercándose a la pobre víctima la bendijeron. Luego se acercó el místico y comprendió que esa era su pobre Alma esclavizada del ayer, atrapada por el NÉMESIS, por el KARMA, por la horrible Rueda del SAMSARA.

El viejo místico se movía en esos instantes en su propio SER INTERNO, EL INTIMO. Estaba lleno de éxtasis y acercándose a su pobre Alma la bendijo lleno de amor. Entonces aquella Alma exclamó así: “¿Por qué veo sobre tu cabeza una luz azul tan divina, tan distinta a la de tus compañeros?”

“¡Ah! –exclamó el místico–, es la luz de mi amor, ¡Alma mía, ven, sígueme!” Y enfrentándose el místico a los gigantescos espectros funerales que cerraban el paso, sacó fuera a su pobre Alma que sufría lo indecible.
 
El místico elevó su Alma a los mundos de la luz, y dirigiéndose luego por un estrecho y tortuoso sendero llegó con ella a la puerta angosta y difícil del SANCTUS de la Gran Luz.

Allí en la puerta del Sanctum inefable de la GRAN LUZ, lo aguardaba su santo Gurú. El místico amaba a su Gurú. Todo lo que el místico había aprendido se lo debía a su Gurú.

El Gurú de ORAMAMME era un LEMUR. Ese LEMUR tenía el Elixir de Larga Vida. Ese LEMUR había nacido en LEMURIA y conservaba el cuerpo LEMUR con el maravilloso ELIXIR DE LARGA VIDA.

El Sendero TAU nos conduce a la liberación final. El Sendero TAU nos confiere el Nirvana y si renunciamos al Nirvana, podemos pedir entonces el Elixir de Larga Vida.

El Arcano A.Z.F., es el fundamento básico del Sendero TAU. El yogui que no haya recibido el Arcano A.Z.F., en el ARYAVARTA ASHRAM, no será jamás otra cosa que un teorizante inútil, un repetidor de luces prestadas, eso es todo.

Cuando el viejo místico quiso entrar al Sanctum, su Alma se transformó en un escorpión que le hirió su mano con el aguijón. Ciertamente el escorpión simboliza los órganos sexuales. Nosotros fuimos heridos por el escorpión. Nosotros salimos del Edém por la puerta del sexo. Sólo por esa puerta podemos retornar al Edém. El Edém es el mismo sexo. El místico se asombró al ver su Alma convertida en escorpión.

Esto nos recuerda la constelación Escorpión. Realmente Escorpio influye sobre los órganos sexuales. Empero el escorpión nos hiere con su aguijón. Salimos del Edém por las puertas del sexo. Sólo por esa puerta podemos retornar al Edém. El Edém es el mismo sexo.

El viejo iniciado penetró entonces en la cámara de la Luz Santa donde resplandece el Espíritu Universal de Vida. Aquella divina y terrible cámara estaba iluminada por una luz blanca inmaculada que no hacía sombra por ninguna parte, y que daba vida a todo lo que tocaba. ORAMAMME estaba estático entre tanta belleza. De pronto sus ojos se fijaron en un hermosísimo cuadro que había sobre una mesa. Era un cuadro delicioso, un cuadro del Mártir del Calvario, allí se veía el Gólgota en toda su terrible belleza divina. El místico se quedó absorto contemplando aquel magnífico cuadro que ni un Miguel Ángel, ni un Rafael, ni un Velásquez hubieran podido describir con tanto realismo. Aquel cuadro tenía vida. Allí se veía el gran acontecimiento del Gólgota, allí estaba el Gran Maestro crucificado en el Monte de las Calaveras. Sus heridas sangraban, sangraban todos sus estigmas y la sangre caía sobre la tierra sagrada. Se veía a lo vivo sangrar aquellas heridas. El cuadro tenía vida. No era un cuadro muerto. Era un cuadro viviente. El Sol se ocultaba en el occidente entre nubes rojas de sangre. Sudaba el Adorable sangre viva. Todo era allí infinito amor y dolor. A  los pies de la gran cruz se veían las calaveras de los ajusticiados. Realmente ese es el Monte de las Calaveras, lugar donde se crucificaba a los delincuentes. La gran cruz frente al Sol que se ocultaba en el poniente, proyectaba sobre el Monte de las Calaveras una sombra de muerte, la sombra de la cruz.
El místico lleno de dolor contemplaba aquella sombra. Sin embargo aquella sombra tampoco era inerte. Parecía perfilarse, moverse, tenía vida propia.

La sombra iba tomando forma humana. De pronto asume la real figura del ser humano y se sienta resueltamente frente al viejo místico que sorprendido la contempla.
 
Aquella sombra parecía una mujer vestida con túnica negra. Empero, no tenía ojos, tenía cuencas. Era un espectro vestido de negro, era la muerte.
 
Aquella figura desencarnada, horrible, miraba terriblemente al viejo místico. Miraba con sus cuencas funerales. Estaba dotada de una fuerza hipnótica terrible.
 
El viejo místico se enfrentó a ella valerosamente, cara a cara, frente a frente. La lucha hipnótica y magnética fue mortal. Empero ORAMAMME venció y el horrible espectro de la muerte se sintió vencido. Entonces el místico exclamó: “¡Huye delante de mis pasos hasta la consumación de los siglos! ¡Tú serás mi esclava y yo seré tu señor!” La vencida muerte se levantó de su asiento y salió por la puerta de aquella cámara santa. El místico se fue tras de aquella y siguiendo por la puerta, la siguió por el tortuoso sendero que conducía a aquella cámara santa. De vez en cuando la muerte trataba de regresarse para combatir al solitario místico. Entonces el anciano extendía su mano hacia ella y le decía lleno de victoria: “¡Huye delante de mis pasos hasta la consumación de los siglos, tú serás mi esclava y yo seré tu señor!”

¡Al fin, la muerte huyó definitivamente!. Entonces el viejo iniciado se cubrió de gloria. ¡Había vencido a la horrible y desencarnada muerte!

Alegre por el triunfo, el viejo místico regresó a la cámara santa, siguiendo el angosto y estrecho sendero que conduce a la Gran Luz.

Alegre por el triunfo, el viejo místico regresó a la cámara santa para comunicarle su triunfo al Maestro. Realmente el anciano estaba que desbordaba de alegría. Se sentía ser un héroe, hablaba con una voz que lo asombraba a él mismo, era la voz de su Dios Interno. ¡Quería contarle todo a su Maestro! Había vencido a la muerte, se sentía victorioso.

Cuando el místico entró en la cámara santa encontró a su Gurú sentado en un hermoso diván. Entonces extendiendo la mano derecha el Gurú, señaló algo terrible y dijo: “¡Y ese es el ADMINISTRADOR!” (El administrador de la muerte) Entonces el místico vio un gigantesco esqueleto vestido de príncipe medieval. Vestía aquel espectáculo pantalones de terciopelo que le llegaban hasta las rodillas, medias largas y blancas muy elegantes, zapatos de charol con grandes hebillas y una antigua casaca de terciopelo elegantísima como las que se usaban por los siglos catorce o quince.

Aquel esqueleto gigantesco miraba con sus grandes cuencas, y tenía una actitud imponente, desafiante, terrible. El místico se enfrentó al horrible espectro con ánimo de vencerlo, pero el esqueleto vestido de Príncipe de este Mundo era superior a todas sus fuerzas. El místico regresó a su cuerpo espantado en gran manera.

Ciertamente el PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO es el “yo psicológico” que todos llevamos dentro.

Distinga entre el Ser y el “yo”. El Ser es el Intimo, el Alma Universal dentro de nosotros mismos. El Ser trasciende al “yo” porque es universal.

El “yo” es el PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO, altivo y perverso. Muchas escuelas filosóficas hablan contra la personalidad, defienden la vida impersonal, pero cometen el error de divinizar al “yo”, de pregonar a los cuatro vientos la existencia de un “YO DIZQUE DIVINO” de “UN YO SUPERIOR”, etc.

Ese es un error gravísimo porque el SER, el INTIMO, la MONADA, el JIVAN-ATMAN, Purusa, o como queramos llamarle, es una gota de la gran Alma dentro de nosotros mismos, una gota del océano, una chispa de la gran hoguera. El SER trasciende al “YO” y al egoísmo. El ESPÍRITU INDIVIDUAL no existe, sólo existe el Espíritu Universal de Vida. Hay que acabar con la individualidad porque todos somos UNO. Sólo existe el Espíritu Universal de Vida, ese gran Espíritu Universal de Vida tiene como el mar, olas grandes y pequeñas; dioses y DEVAS, elementales y hombres. El Intimo del hombre y de la bestia, del DIOS y de DEVA no son sino diversas modificaciones del Espíritu Universal de Vida.

La gota debe sumergirse en el océano, y el océano, en la gota. H.P.B., dijo: “La herejía de la separatividad es la peor de las herejías”.

Si las olas de la mar hablaran dirían así: “NOSOTRAS LAS OLAS SOMOS TODAS EL OCÉANO, NOSOTRAS SOMOS EL MAR”.

Así es el Espíritu Universal, como el mar, TODOS SOMOS UNO.

Si una OLA se separa del océano para decir yo soy un individuo, yo soy un yo separado, esa sería la peor de las herejías. Lo imposible.
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